Hace unos años estaba en un sauna gay en Oslo, era ya de noche, cuando llegó un moreno grande (africano). Nunca había sido follado por un BBC y quería que me dieran duro, que me destrozaran el culito. Lo seguí un rato hasta que llegé a su lado. Primero fueron unas miradas, el me tocó la espalda y yo dije, AL FIN ME TOCA. Tocandonos y mirandonos, fuimos a una sala privada. Cuando dejó caer la toalla, quedé asombrado y asustado. Hice lo que pude para mamarla, pero nunca logré metermela a la boca por completo. Luego de un rato exijiendome cosas (me encantan los dominantes) trató de penetrarme, pero la tenía tan grande que no hubo caso. Luego de varios intentos en diferentes poses, volví a intentar cabalgarla, fué allí cuando el dió un firme pero corto movimiento hacia arriba, la cuestión es que su deliciosa verga entreba en mi dandome un delicioso y placentero dolor. Pocoa poco me la fué metiendo más adentro, mientras yo me quejaba de dolor y placer. El dolor me produce un gran placer. Me folló sin parar durante un largo rato. De lado, de boca, de espaldas (pies a sus hombros), lo cabalgué. Fué fantástico de doloroso y rico a la vez. NUNCA me arrepentiré de ello, de hecho he tenido varios BBC más en mi vida, incluso varios el mismo tiempo en doble penetración. El placer del dolor me lleva a seguir experimentando, más mi profundo y caliente culito amante de BBCs.